domingo, 1 de marzo de 2009

La poesía “es un desafío para retornar a nuestros rumbos y encontrarnos a nosotros mismos”: Ignacio Solares


“¿Para qué poetas en tiempos de penuria?” se planteó el escritor Ignacio Solares durante la presentación del libro Rumores de silencio, primer poemario de Enrique Maza, periodista recordado por su participación en el “mítico” Excélsior de Julio Scherer.

“Nuestra sociedad nos ha impulsado a seguir por senderos que se bifurcan hacia el desamparo y la miseria del sentido espiritual” pero la poesía “es un desafío para retornar a nuestros rumbos y encontrarnos a nosotros mismos”, por lo tanto “la misión del poeta es llegar al fondo del abismo y regresar para darnos testimonio de ello”, afirmó Solares.

En el marco de la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, el pasado 27 de febrero se presentó el libro Rumores de silencio, publicado por la UNAM. Estuvo presente Enrique Maza, autor de la obra, así como el editor Víctor Cabrera y el escritor Ignacio Solares, presentadores de la misma.

Cuauhtémoc Arista, columnista de la revista Proceso, que también fungiría como presentador, no pudo asistir “por cuestiones laborales”, pero envió su texto de aportación en el que señaló que en la sociedad actual se minimiza a la poesía, sin embargo “continúa siendo necesaria para la mayoría de la gente y siempre estará a tiempo de recuperar su grandeza”.

Ignacio Solares se mostró agradecido y dijo sentirse privilegiado por presentar Rumores de silencio, un libro que habla de “la ausencia, la memoria, la soledad, el deseo, la inmensidad, el humanismo, la otredad, la distancia y el olvido” y que es para él “muy entrañable y especial por la amistad con Enrique Maza”.

Reafirmó que “cada poema, cada frase" de este libro "es una invitación a que nos comprometamos unos con otros en el entendido de que sólo cada uno puede interpretarse a sí mismo, pero ese sí mismo lo puede compartir con su prójimo”.

Por su parte, Enrique Maza se definió “no como un hombre que sabe, sino como un hombre que busca en las estrellas, en los libros, en los seres humanos, en los paisajes” y aseguró que sus poemas están influenciados por el mar, debido a que cuando era joven descubrió que “el mar es muy noble”, ya que alguna vez se perdió en esa inmensidad y simplemente se dejó llevar por una corriente y ésta lo devolvió a la playa.

También afirmó que “el amor es lo más bello de la vida humana, es ese mar profundo en donde uno se va hundiendo” pero al mismo tiempo “es esa corriente que cuando nos perdemos nos lleva a la playa”; por lo tanto, aunque “la vida de un hombre es un camino, la tentativa de un camino, la audacia de un camino, o simplemente la estrechez de un sendero hacia si mismo” ese “camino no puede andarse si no se camina hacia otros”.

Al finalizar, Enrique Maza dijo desear “que la lucha y la disensión me purifiquen, que no me carcoma la ortodoxia y que nunca deje de soñar”, y concluyó con la confesión de que en su libro plasma un consejo que le dio un profesor de literatura: “que tu verso deje cien puertas abiertas para que cada quien se meta por la que quiera.”

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